10 mar 2012

Yo te cree Ann. parte 4. Al borde de la locura

Justo en el momento en que ella le dijo que era un espíritu y que tenían un pacto, él sintió una mano sobre su hombro, entonces volteo de golpe y empujo a la persona que estaba detrás, era uno de sus amigos que con el empujón que Carlos le había dado, termino por caer al suelo con una enorme confusión y preocupado por su reacción; Carlos dio la vuelta nuevamente buscando a Ann, pero se llevo una grata sorpresa, ella había desaparecido. Entonces volvió su mirada hacia su amigo y le dio la mano para que se pudiera levantar, y al hacerlo simplemente se dio la vuelta y siguió caminando. Andrés, su amigo, lo alcanzo y camino a su lado, esperando alguna explicacion de lo ocurrido, pero lo único que encontró fue silencio, y la única manera de eliminar ese momento incomodo fue burlándose de la reacción de Carlos, a lo que él respondió -No me jodas! y continuo su camino hacia su casa. Después de unas cuantas cuadras, notó la ausencia de Andrés, entonces volvió a su mente las palabras de Ann - ...he decidido que te seguiré a donde vayas. Esas palabras causaban eco dentro de su cabeza, y a la vez intentaba encontrarle lógica a lo que recién había pasado, ¿Como era posible que ella lo hubiera alcanzado sin ningún rastro de cansancio? ¿Como desapareció en tan solo un par de segundos? ¿Porqué había aparecido ella en su vida? Muchas preguntas, pocas respuestas. Continuaba su camino con la mirada hacia el suelo, cuando de repente escucho una voz familiar que hizo que su corazón latiera de una manera impresionante, entonces levanto la mirada, era su ex, acompañada de su nuevo novio. Si de por si Carlos tenia demasiadas cosas en que pensar, esta situación se convirtió en un pensamiento mas en su cabeza...

Yo te cree Ann. parte 3. Un espíritu nada sociable, y un chico sociable nada espiritual...

Carlos había olvidado el incidente casi por completo, más bien trataba de no hablar del tema, pero a veces antes de dormir se preguntaba quién era esa joven y porqué le conocía. Una de esas ocasiones decidió tomar la libreta y despejar así la duda que lo invadia a ratos. Miró fijamente la imagen y para su sorpresa le parecía familiar el rostro, tal vez es que sí conocía a alguien parecido, pero no quiso pensar de más así que se limitó a dejar la libreta sobre el buró y se dispuso a dormir.
Pasaron algunas semanas antes de llevarse otra gran sorpresa, durante el receso, una jovencita apareció de pronto gritando su nombre tras las rejas de la escuela. La voz no le era conocida pero al girar parecía haber visto un mounstro y se desvaneció. Algunos compañeros lo llevaron a la enfermería. Cuando despertó se reusaba a escuchar comentarios sobre lo sucedido. Tomó sus pertenencias y salió de alli algo desorientado. Mayor fue su sorpresa al descubrir que la joven se encontraba esperándolo sentada sobre la acera, no hubo reacción por parte de él era tanta la impresión que se quedó inmóvil, la chica se levantó le tomó la mano y le dijo; ¿te encuentras bien?;
-No, contestó Carlos soltando su mano; Dime de donde te conozco y por qué has decidido arruinar mis nervios; la joven lanzó una carcajada que desconcerto aún más a Carlos;-Ja ja Tú eres quién debe explicar muchas cosas. Pero tranquilo, no te haré daño. Mi nombre es Ann, y para no seguir vagando por la ciudad he decidido que te seguiré a donde vayas.
Primero Carlos echó a correr, era el más rápido de su salón, así que la perdería en cuestión de nada, pero cuando se detuvo después de tanto correr, ella se encontraba frente a él sin expresión de cansancio. -¿Qué eres? le gritó Carlos a la chica y ella le contestó -Un espíritu y tu has hecho un pacto conmigo.